Reglas No Escritas
(Desde el Escritorio de George Barnard)
La Fuerza del Parentesco
En su
prisa por reformar a los Árabes y al amplio mundo Musulmán, los Estados Unidos
de Norteamérica y su compañeros de la Coalición han pasado por alto un factor
que amenaza a la milicia y a la economía –si no es que a su moralidad- de una nación de 200 millones de habitantes y
al completo mundo occidental.
Una Lección
Oportuna de Psicología
Justamente
a pocos pasos del camino donde me encontraba, vivían un par de mellizos no
idénticos. Ellos tenían once años de edad y les gustaba ir de pesca juntos,
nadar, cazar furtivamente y recolectar moras. Era raro ver a uno de ellos solo.
Fueron unos amigos muy cercanos, no del todo brillantes, y eran violentos.
Fue
justamente a las trece horas de ése día y mientras los visitaba en su patio
trasero cuando una pelea extraña surgió entre ellos dos. Uno se armó con un
tridente, el otro con un hacha de cinco libras de peso (2.25 Kgs.
aproximadamente) y buscaron causarse daño el uno al otro.
Rápidamente
agarré el tridente y lo lancé por encima de la cerca de su patio trasero. Luego
le quité el hacha al otro ‘joven guerrero’ y ésta siguió el mismo camino que el
hacha, al menos por un tiempo, así lo pensé.
Lo
que siguió en pocos segundos me dejó reflexionando por años, hasta que comencé
mis estudios en psicología. Los gemelos buscaron vengarse de mi, y cuando
pasaron por encima de mi, terminé adolorido y con mi apariencia tristemente
desordenada.
Yo
había roto una regla no escrita de protección familiar de cualquier agresión y
por la razón que fuera, –aún si me
protegiera de ellos para que no me perforaran un intestino o un pulmón o me rompieran el cráneo–, pero ya había aprendido la lección.
Irán e Irak
Como
esos dos mellizos violentos y terribles, también lo son Irán e Irak. Se han
estado amenazando el uno al otro durante años y con mucho más que tridentes y
hachas. Apenas si se parecen en algo, pero tienen mucho en común. Unos
mayormente odian al cruel Saddam de Irak y a los otros no les gustan los
estrictos ayatollahs, tampoco. Aquí es donde termina.
Ellos
son Árabes, son Musulmanes y ocupan la misma región general, la cual consideran
como ‘tierra santa’ y todos ellos han experimentado desde hace mucho la
política global de los Estados Unidos y del imperialismo occidental y eso no
les gusta. También comparten un idioma y ambos provienen de civilizaciones
antiguas, y han pensado que los occidentales no los consideran muy civilizados.
Esto
es con mucho una opinión. Esta es una opinión occidental y tal opinión no
cuenta mucho bajo sus puntos de vista. Adicionalmente, ellos poseen mayormente
un ‘parentesco musulmán’ en sus extensas familias.
Vulnerabilidad Mundial
En
los últimos días las encuestas Australianas muestran un cambio dramático, un
océano de cambio. En primer lugar, ahora hay mucho más apoyo para el Primer
Ministro Australiano y en segundo lugar, hay ahora más del 50% de apoyo a favor
de la coalición para la guerra. La balanza se ha movido salvajemente.
Seguramente,
esto se moverá aún más con los inevitables actos terroristas en contra de esta
pobremente defendida tierra Australiana, contra las misiones de comercio o
contra las embajadas.
Pero
ese apoyo local es engañoso, porque no se puede ni se podrá aquí o en cualquier
lado, manejar las naciones con el respaldo de sus tropas, como lo hacen los
Estados Unidos y la Gran Bretaña. Son las reglas del parentesco las que pronto
o después llevarán el mundo Musulmán hacia el occidente, y así las tropas se
reunirán masivamente en las fronteras como un segundo Vietnam.
Actualmente,
cada Iraquí muerto, -hombre, mujer y niño-, es visto sólo como otro Iraquí – un
mártir estúpido y extraviado que defiende una causa perdida, un desafortunado
pero aceptable daño colateral-, pero cada fallecimiento de la Coalición será
visto como una tragedia, hasta que la balanza se mueva y la Coalición aprenda
las reglas de parentesco de los Árabes/Musulmanes y la vulnerabilidad creciente
de sus incontables oficiales en tierras extranjeras, mismos que serán
masacrados.
Oren
comigo para que termine rápidamente esta carnicería inaceptable.
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