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La Misión Magisterial

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S-La Misión Magisterial011205La Encarnación de Monjoronson

La Encarnación de Monjoronson

El Primer Hijo Magisterial de Urantia

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Nuestra Tierra, llamada Urantia por el universo, no tiene memoria de otros Hijos encarnados antes de la donación de Jesús hace dos mil años. Fue Jesús entonces quien trabajó con las multitudes para hacerles oír su llamada de conocer al Padre, y ahora viene su Hermano, Monjoronson, para que los ojos humanos lo vean y para que una voz humana llame a la gente hacia su Padre otra vez. Jesús y Monjoronson nos llaman de vuelta a nuestras raíces espirituales, a nuestros comienzos de propósito como criaturas vivientes del Padre Creador, y en esto, sus misiones son las mismas. No obstante, el tiempo cambia al hombre, y por lo tanto, el tiempo cambia las misiones divinas también. Jesús representa un paso reciente dado hacia nuestros destinos planetarios y humanos mientras Monjoronson trae con él los más novedosos planes hacia alguno de las mismos objetivos planteados de nuevo para la nueva era: otorgamientos, encarnaciones, misiones magisteriales, y otros procedimientos, son los procesos que usa Dios para establecer contacto directo con la gente que hace señas de que está preparada para el cambio.

Jesús y la Misión Magisterial

Dos mil años atrás, el Hijo Creador encarnó sobre nuestro planeta como el hombre de Nazaret, Joshua Ben Joseph, que vivió la vida de un humano promedio de su época. El Hijo Creador, como Jesús encarnado, deseó aprender y conocer, vivir la experiencia real, experimentar la vida emocional, intelectual y espiritual como se vivía entonces en Urantia. Su vida en la Tierra fue como el hijo del hombre, seguida en segundo lugar como el Hijo de Dios, enseñando y revelando el hombre a Dios y Dios al hombre como nunca antes se había hecho.

Hoy, aproximadamente dos mil años después, Jesús le ha pedido a su Hermano espiritual que encarne para continuar el trabajo, donde él, Jesús, lo dejó. Jesús dijo esto en su obra, que quienquiera que haya visto un Hijo Creador ha visto al Padre. Cuando un Hijo Magisterial encarna, quienquiera que vea a un Hijo Magisterial ha visto al Hijo Eterno. Jesús fue y es un Hijo Creador con plena soberanía sobre su universo del cual formamos parte, mientras que un Hijo Magisterial trabaja bajo su dirección, no tanto para obtener el conocimiento de cómo es un hombre –que sí lo hace- sino para arbitrar la Tierra y re-asignar el personal espiritual que trabaja en un planeta en sus nuevos deberes al cambiar la dispensación.

Jesús, antes de dejar nuestro planeta, pidió a Gabriel, su jefe ejecutivo, convocar una amplia dispensación planetaria para traer a los supervivientes dormidos a las salas de justicia. Monjoronson empezará su misión en Urantia invocando otra dispensación, pero esta vez él no sólo llama a casa a los sobrevivientes dormidos de una época, sino que llama a todo Urantia a la justicia, el planeta mismo junto a la vida humana.

Jesús resucitó al planeta de la oscuridad de la rebelión, y ahora Monjoronson lo limpiará del mal durante tantos años. Son acciones diferentes tomada cada una en el momento necesario.

La adjudicación de Urantia por Monjoronson no va a ser iracunda sino con perdón y misericordia para todos. Su misión es verter la indulgencia divina sobre la Tierra para traer rectificación para todos los que componemos las instituciones sociales y culturales que han funcionado en colisión con el plan divino debido a la rebelión. Asimismo, su misión es para cada persona individual -capaz de responder a la llamada del Hijo- a la que se le pedirá que muestre misericordia y perdón al hermano en cualquier cosa. Cuando el hombre entra sinceramente en comunión con el Padre y el Hijo para perdonar como es perdonado, entra en una nueva fase de su vida completamente libre de las vicisitudes de la ira y el juicio. Tal es el espíritu de la nueva era por venir.

Relación de Monjoronson con la Segunda Venida

El Hijo Creador en la persona de Jesús ha reafirmado que volverá. Ésta es la única promesa que es enteramente diferente de la llegada y partida de otras acciones divinas en beneficio de nuestro planeta. Jesús, como Miguel de Nebadón, el Hijo Creador del Padre, siempre vigila el planeta de su donación con el más entusiasta interés y nunca deja de hacer lo que fuere para proveer a este mundo de todo lo que pueda asimilar para su beneficio. El Hijo Creador ha visto para ello que nuestro globo y su gente reciben una nueva revelación y nuevas enseñanzas con tanta información como él puede, con sabiduría, proporcionar.

Su revelación continúa para fluir hacia nosotros a través de varios medios divinos y humanos, tales como el Libro de Urantia, y los medios de su puesta en marcha a través de varios programas modernos que incluyen la Misión de Enseñanza. Es a través de la Misión de Enseñanza que Miguel de Nebadón, el una vez encarnado Jesús, habló de aquellos últimos momentos de oscuridad antes de dejar su vida mortal con estas palabras a un grupo de Sarasota, Florida, el 5 de abril de 1992:

"Ojalá borrara aquel momento del tiempo, para reemplazarlo por la inexplicable alegría que siempre existe en el Plan del Padre. No es para que ustedes derramen más lágrimas sobre los sucesos de hace dos mil años. Eso se acabó. Está hecho. Mi regreso es para aliviar los corazones de los hombres de las opresiones que Él ha sentido a causa del libre albedrío de los hombres de aquel día. Nunca fue el plan de mi Padre ver tal sufrimiento sucediéndome a mí mismo o a su gente. Es una carga pesada que se ha llevado durante mucho tiempo.

"Con gran regocijo vuelvo, ya no más tiempo por alguien de Urantia, o de nuestro Universo... Ojalá la crucifixión ya no sea popularizada con las memorias de tal pena. Tengo que dejarlo ir. Ustedes también dejarán ir esto. (Aquí la voz de los trasmisores muestran más emoción, y se hace muy suave.)

"Todos ustedes dejarán ir esto. Juntos reinaremos en Luz y Vida. Digo reinaremos, porque es a los corazones de los hombres y mujeres a los que el Padre Mismo les hablará, y será para siempre más. Ya no será conocida más la tristeza que ha englobado a la vida en Urantia. Experimentarán la inexplicable alegría con los acontecimientos corrientes y ya no malgastarán más tiempo ni energía en ayeres. Gracias".

De muchos modos Jesús nunca nos dejó porque el espíritu del Hijo Creador continúa para abrazar a todos y cada uno de nosotros. Pero Jesús también habló al pie de la letra de su segunda venida, y a pesar de que es un hecho sin precedentes para un Hijo Creador hacerlo así, se hará en conformidad con sus mandatos a Monjoronson el cual se centrará en conseguir un mundo preparado para la aparición de Jesús en cualquier día, a cualquier hora.

Reconocimiento de Monjoronson y la Voz del Padre

La mayoría de los individuos estará pendiente del reconocimiento del Hijo Magisterial. ¿Cómo puede uno verificar la presencia de un Hijo divino y afirmar a su propio centro espiritual que efectivamente Él, que está ante nosotros, es Monjoronson un Hijo Paradisíaco?

La explicación con palabras parece complicada, pero hay sólo unos pocos medios por los que un humano puede conocer la verdad en que puede ser experimentada cualquier representación de un hecho. Jesús como Hijo Creador preparó la mente humana para que reconociera mejor y conociera la verdad a través de la dotación de la mente con el Espíritu de la Verdad. El intelecto humano es ayudado por este indicador espiritual para alinear los hechos con el conocimiento espiritual del morador del Padre en cada momento de la mente normal en la Tierra.

Pocos son conscientes de cómo ellos pueden conocer la verdad con certeza a través del proceso de alinear la voluntad humana (el poder de elegir de la personalidad), con la voluntad y conocimiento actuales del Padre que todo lo ve. La mente del hombre recibe el espíritu del Padre en algún punto, como promedio entre la edad de cinco y seis años, y es la presencia espiritual que vive en el circuito de la mente humana la que porta la verificación de la verdad a través de saber transferirse a los centros de decisión de la mente.

En aquel tiempo Jesús fue habitado por el espíritu del Padre conocido en los tiempos modernos como Ajustador del Pensamiento. Cada persona tiene su propio Ajustador del Pensamiento que se mantiene en guardia en la entrada para afirmar la validez de la experiencia consciente y para proteger la mente del abuso si se le permitiera hacer su trabajo. El Ajustador del Pensamiento es la voz del Padre en el momento oportuno y puede hablar claramente a la mente tal como uno puede oír una voz al otro extremo en una conversación telefónica. Jesús oyó esta voz del Padre dirigida hacia él y con frecuencia acudió al Morador por consejo y compañerismo durante el vía crucis de aquellos días en Palestina.

Todos los Hijos de Dios que encarnan en un planeta humano reciben el regalo del Ajustador del Pensamiento. Monjoronson recibe el Ajustador del Padre en el momento que él pise la Tierra con los pies de barro del hombre. De este modo el Padre está presente en el Dador así como en el Recibidor, Dios al hombre respectivamente, para conceder consejo y asesoría a ambos. Monjoronson depende hasta cierto punto de la habilidad del hombre para oír a su propio Ajustador del Pensamiento, para traducir sus buenos deseos al lenguaje de entendimiento de cada persona viva, ahora y en el futuro.

Mientras todos los Ajustadores del Pensamiento comparten la naturaleza del Padre y son uniformes de muchos otros modos, sus experiencias con el hombre y Dios les permiten diferenciar su actuación de acuerdo con su mandato de espiritualizar la mente del hombre a través del servicio. Cada persona consecuentemente puede ofrecer su servicio a Jesús y Monjoronson con la certidumbre que Dios se beneficiará del trabajo ofrecido cuando la voluntad divina del Ajustador del Pensamiento y el humano sean uno en su sinceridad de servir. En toda y cada acción en Urantia, el Padre está allí tanto a través de los ojos del Hijo divino como a través de la decisión y elección del hijo de la fe de la criatura, el Padre mora en el interior de hombres y mujeres de Urantia.

El reconocimiento de Monjoronson viene del afinamiento de la mente del hombre con la mente de Dios en el Ajustador, y con el Espíritu de la Verdad que da fe de tal conocimiento seguro, y de la ocasional confianza de Monjoronson a través del contacto personal y la observación de sus tareas. Ninguna autoridad en la Tierra, fuera de la propia crítica interna del hombre y de su conocimiento espiritual de la verdad de Monjoronson, puede asegurar mejor al individuo que Él es el Hijo de Dios. En esta cuestión de fondo de la presencia del Padre en todo, se cimenta la misión de los Hijos divinos para tener éxito, con la intención de trasladarnos a todos por el sendero de las edades doradas de un renacimiento social y espiritual.

Posibles repercusiones de La Misión Magisterial

Necesitaríamos la visión de retrospectiva –lo que es como decir cuando Monjoronson termine su misión- para escribir una historia autorizada de la era. Obviamente eso no es posible y así es que contamos lo que es probable que ocurra en ciertas áreas de la actividad humana, con la condición de que estemos especulando sobre alguno de los resultados de esta misión.

La Misión Magisterial, tal como en la misión de Jesús, requiere la presencia de una humanidad cooperante para mejorar el mundo. La Misión Magisterial no sólo depende del Padre a través del morador del hombre para ser entendida, sino que necesita el deseo del hombre para ser ennoblecida espiritualmente, y la sed de justicia de todos para mejorar las cargas injustas de un sistema social y político imperfecto. Estas son las metas y son para ser acometidas por Monjoronson con la ayuda del hombre.

Las esferas que albergan la vida de la humanidad son todas evolutivas por naturaleza. Nada se queda en su lugar a no ser que se haya dado un paso previo que permita a la situación presente llegar a ser la norma. Monjoronson no tiene varita mágica que batir para hacer nuevas todas las cosas y debe trabajar dentro del marco en que la naturaleza y el hombre han evolucionado. La revelación puede sugerir lo que funciona mejor, pero a menos que el hombre mismo desee adoptar los métodos mejores, ni siquiera Dios podría forzar el cambio antes de que haya llegado su tiempo evolutivo. Una Misión Magisterial puede cambiar los programas destinados para el éxito de una nueva época, reasignar el personal espiritual, juzgar a los durmientes y a los vivos, demostrar los valores del espíritu, y abrir centros de educación, pero nada de esto es un logro duradero salvo que el hombre haga por desearlo, adoptarlo y vivirlo.

Cuando Jesús dejó el mundo, su obra se extendió por toda la cuenca del Mediterráneo y finalmente al resto del mundo. Sus enseñanzas encontraron mentes receptivas casi en todas partes y surgieron las religiones para preservar lo que ellos creían que él quiso enseñar. Monjoronson debe hacer lo mismo. Debe encontrar las mentes receptivas del mundo y luego enseñar el ideal de Jesús así como los valores espirituales no abrazados aún por la mente y la voluntad humanas. Jesús impartió sus enseñanzas con los doce apóstoles a las ciudades ubicadas en Judea y más allá. Monjoronson tiene la ventaja del progreso del hombre en las comunicaciones efectuado desde los días de Jesús y las utilizará de acuerdo con su deseo de ser conocido.

Monjoronson organiza su misión para causar el mayor impacto con los menos personajes divinos que se requieran y dejará al hombre hacer la mayor parte del trabajo de hacerse conocido a través de los sitios electrónicos como éste y a través de otros medios. El mundo se dividirá en centros administrativos con un Hijo divino que dirigirá a cada uno y que administrará esa área solo. La capital espiritual o cuartel general del mundo estará donde viva Monjoronson, mientras él alterna sus visitas a cada sector administrativo. La organización del gobierno espiritual puede sugerir al hombre, en el futuro, que la soberanía de un gobierno nacional no se confiere a un grupo étnico o cultural, sino que se atendrá a la ley espiritual del Padre Universal primero, y en segundo lugar, al mundo a través de una colección de estados dedicados al bienestar de todos.

La Misión Magisterial concluirá quizá en mil años con el panorama poco corriente de la configuración actual de los estados nacionales soberanos y poderosos en competencia por los recursos y el espacio. Sencillamente cómo puede ser el futuro es la conjetura de cualquiera, pero la Misión misma está destinada a cambiar lo suficiente las actitudes humanas de lo que la competencia puede llegar a ser, no para el autoengrandecimiento, sino para el conocimiento espiritual y los avances sociales más allá del alcance de lo que ahora nos podemos imaginar. El objetivo de la Misión es hacer entrar a Urantia en las primeras fases de lo que el universo llama "Luz y Vida", donde el hombre haya evolucionado bajo la guía de la Misión Magisterial para perseguir los valores de lo espiritual y haya vencido sus necesidades materiales con facilidad. Entonces la próxima fase que seguirá a esta Misión Magisterial evolucionará hacia otra generación que estará sencillamente como en un temor reverencial de lo que esté ocurriéndole, del mismo modo que nosotros sentimos con lo que promete hoy día la misión de Monjoronson.

END

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Translated by Adrianne

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